domingo, 9 de septiembre de 2012

Turyen

Rayden se levantó muy despacio, apenas fue consciente de que temblaba a pesar de que no quedaba centímetro en su cuerpo que no vibrara de absoluto terror...y excitación. No quería pensar que lo que aquel hombre le había dicho era cierto, pero una parte de su cabeza no podía evitar albergar esperanzas. No podía moverse, ni siquiera estaba respirando...lo único que sus sentidos le enviaban con total certeza era el tacto del collar en su mano derecha. Lo observó con detenimiento, era una pequeña espiral de algún metal precioso en cuyo centro se encontraban diminutas pero abundantes piedras preciosas. Rayden nunca sabría el tiempo exacto que dedicó a memorizar los detalles de aquella pieza, pero cuando por fin fue capaz de alzar la visa era noche cerrada en el bosque.
No permitió que ningún pensamiento se colase en su cabeza durante todo el trayecto de vuelta al campamento principal, "sigue adelante, no pares" era lo único que tenía cabida en su cabeza. Sin embargo se desvió un poco del camino para limpiar sus manos y la joya en un río cercano, ya que ambos habían quedado manchados por la sangre de aquel hombre cuyo nombre la ninfa no había llegado a conocer.
Llego al campamento cuando el alba estaba próxima, como era costumbre muchas de las ninfas estaban reunidas en torno a El Gran Árbol para ver, subidas a las copas más cercanas, el amanecer. Rayden subió con las demás y se colocó intencionadamente al lado de la ninfa Turyen, la más antigua de las que habitaban aquel bosque. Mantuvo silencio hasta que los rayos del sol iluminaron el lugar y poco antes de que las ninfas volvieran a diseminarse entre la maleza se acercó a la anciana.

"Turyen, solicito una reunión urgente" Normalmente hubiera usado un tono más respetuoso con la ninfa, pero ya había esperado demasiado.
"¿De qué tipo de reunión se trata querida?" preguntó Turyen, sin poder ocultar un ligero tono de desagrado en su voz, probablemente debido a la osadía de la más joven.
"Una reunión general, lo que tengo que decir deben oírlo todas las ninfas y cuanto antes mejor...señora" añadió al final al darse cuenta de que volvía a ser descortés.
"Las reuniones generales sólo pueden ser convocadas por ninfas poderosas y sinceramente chiquilla, no creo que este sea tu caso"
"Con todos mis respetos, cuando la seguridad del bosque entero peligra no creo que se deba tener en cuenta el cargo que tenga cada una, además por eso he acudido a vos primero. Puede que yo no sea lo suficientemente poderosa como para convocar una reunión de esa magnitud pero vos sí"

Aquello fue un punto a favor de Rayden porque si algo sabía sobre Turyen es que era una ninfa vanidosa, a la que le encantaba que se reconociera su poder

"Bueno niña, explícame el motivo de tu reunión y yo decidiré si merece la pena o no convocarla"

Rayden dudó un momento, no sabía cuál era el motivo principal que la había llevado hasta allí, ¿era la llegada de humanos al bosque o el descubrimiento de la posibilidad de encontrar el origen de las ninfas?

"¿Y bien?" preguntó Turyen impaciente, Rayden tuvo que tomar una decisión.
"Los hombres han entrado en el bosque"

Apenas veinte minutos después las representantes de las ninfas de todo el bosque estaban reunidas a los pies de El Gran Árbol, tan sólo había tomado una sola palabra de Turyen para que todo el bosque se movilizara, convencerla a ella había sido lo difícil. Rayden le explicó con todo detalle la historia de cómo le había encontrado y qué le había dicho (eso sí, guardándose para sí sus sentimientos sobre ello). Sin embargo, la ninfa no llegó a creerla del todo hasta que Rayden le enseñó el collar, aquello era la evidencia de que la más joven había tenido contacto con humanos. Aún así la anciana mandó una expedición para encontrar el cuerpo del humano, y movilizó a un ejército mixto, con elfos y ninfas, para encontrar el campamento base de los hombres. Tan sólo se trataba de una salida de reconocimiento, Turyen no quería arriesgarse por el momento, además, y aunque fuese extraño, aquel hombre podía haberse internado en el bosque solo.

"Ninfas de los árboles, los ríos y las montañas" empezó la anciana cuando creyó que ya había pasado el tiempo conveniente para que todas las zonas tuvieran al menos una representación allí "Os hemos convocado porque ayer, mientras rondaba por los bosques, la ninfa Rayden se encontró con nada más y nada menos que un humano"
La sorpresa se propagó por los rostros de todos, de todos excepto de Rayden cuya expresión se mantenía inmóvil. Turyen prosiguió a contarles lo que ella había visto, sin tantos detalles como ella le había otorgado. Al final de la historia el desconcierto se propagó por la zona.
"¿Estás segura de que no fueron imaginaciones de la chiquilla?" comentó una de las representantes de las ninfas del agua de los ríos del Este. Aquel comentario le sentó fatal a Rayden, no sólo porque cuestionaba su historia, sino porque la había llamado chiquilla.
"Eso pensé yo" dijo Turyen para sorpresa de la ninfa "pero como ya os he dicho, Rayden portaba un objeto humano"
"Pero, con todos mis respetos señora, eso sólo prueba que ella tuvo contacto con humanos, no que estos estuvieran en el bosque"
"¡¿Pero cómo te atreves a...?!" empezó a decir Rayden malhumorada, pero una sola mirada de Turyen la hizo callar.
"No hay motivos para dudar de la lealtad de Rayden, además no ha salido del bosque en su vida, las expediciones al exterior se reservan para ninfas más longevas y experimentadas"

Se hizo un gran silencio durante unos segundos, roto poco después por miles de murmullos. Hasta los oídos de Rayden llegaban muchos de ellos, pero tan sólo unos pocos defendían su versión, la mayoría estaban muy resentidos ante la idea de que los humanos hubieran entrado en su bosque. Cada segundo que pasaba la ninfa se enfadaba un poco más y que sólo estaba a un comentario de estallar.

"Pues yo creo que la ninfita esa quería darse protagonismo" dijo alguien entre la multitud.

"Me presento voluntaria para un juicio de recuerdos" anunció Rayden. Se hizo un gran silencio, aquello no tenía precendentes.

"Niña, ¿estás segura de lo que dices?, ¿entiendes lo que significa?" preguntó Turyen

"Pues claro, los condenados a muerte en los juicios pueden defender su inocencia como último recurso utilizando un juicio de recuerdos. Se basa básicamente en introducirse por medio de la magia en la mente del sujeto, explorando sus recuerdos. Si el condenado intenta resistirse o cambiar alguno de los recuerdos que están siendo explorados se desata un terrible dolor para éste. Se han llegado a ver casos de ninfas que mueren en el proceso. Y estoy dispuesta, no tengo nada que esconder, no soy una ninfita que quiere ganarse protagonismo" dijo esto último mirando fijamente hacia donde había oído aquel último comentario.

"Todo eso es cierto, salvo por una cosa. Este proceso no sólo causa dolor cuando el "paciente" intenta resistirse, duele de todas formas." dijo, con una mirada de pena en los ojos.

"Aún así, creo que obro por el bien de la comunidad al hacer esto"

"Entiendo y admiro tu gesto, Rayden, eres mucho más valiente que ninfas mayores y más experimentadas que tú...esperemos que sea un acto de honor y no de ignorancia"

Y con esto las ninfas se dispusieron en posición para la ceremonia. Las ninfas más poderosas en formando un círculo y en el centro de este, Rayden se encontraba de rodillas. Todas la miraban, algunas con respeto, otras con pena...algunas incluso, con horror.

"Rayden, ninfa de los árboles, serás sometida a un juicio de recuerdos. ¿Asumes bajo tu propia responsabilidad los posibles daños que sufras durante el proceso, incluso aunque te lleven a la muerte?"

"Sí" dijo simplemente, no quería hablar de más y dejar traslucir el miedo que en el fondo sentía.

"Procedamos, pues" dijo Turyen

De pronto la mente de Rayden se despejó del todo, quedándose totalmente en blanco. Sintió miedo por un instante, al fin y al cabo las mentes de las ninfas siempre estaba ocupadas con un pensamiento, una curiosidad o un enigma por descubrir. Pensó que eso era horrible, pero no lo doloroso, no como le habían contado. Pero entonces se percató, con horror, que aquello no había hecho más que empezar. Sintió como una a una millones de agujas se le clavaban en la cabeza. Cada una más dolorosa que la anterior, cada una le dio ganas de gritar hasta perder la voz...y cada vez era más insoportable.

De pronto se vio a sí misma otra vez en el bosque, como aquella mañana. Se vio a sí misma analizando los sonidos, estirando la cuerda del arco, acercándose al hombre tendido...todo otra vez, todo exactamente igual, sólo que con un inmenso dolor detrás. Se acercaba el final, pero también la peor parte, aquella que Rayden preferiría no revivir....el hombre le estaba hablando de su pasado. La ninfa intentó alejarse del recuerdo, se removió, intentó huir...y sólo consiguió anclarse más a él y multiplicar el dolor por un millón. Sintió como las lágrimas salían de sus ojos, sus verdaderos ojos, pero no podía salir de su vivencia.

"...a cambio del futuro de mi gente"

El juicio había terminado, una a una las agujas se fueron despegando de su mente. Cuando por fin fue libre Rayden se dio cuenta de que lo que había creído lágrimas eran en realidad gotas de sangre. Levantó la cabeza para mirar a Turyen pero antes de que pudiera formular la pregunta, se desmayó.

"Tranquila Rayden, ahora sabemos la verdad" concluyó Turyen.

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