-- Hermanos y hermanas, os habla vuestro nuevo líder,
y como tal os voy a decir abiertamente lo que voy a hacer a partir de ahora.
Hace unas horas, me dirigía a buscar sustento para todos, y al no encontrar en
lo que tenemos explorado de isla, como de costumbre, marché a explorar la parte
norte, la que se halla tras el bosque. He descubierto centenar de animales que
nos darán alimento. Pero también he descubierto un campamento elfo –se detuvo
pues enseguida se hizo un alboroto entre la manada, estaban todos asombrados
por lo que acababan de oír—pero he salido ileso de un enfrentamiento con cinco
elfos. A cuatro de ellos maté y uno logró escapar. No dudo que haya ido a
informar a sus gentes de que los hemos descubierto, y por ello debemos actuar
rápido. Lo primero que haremos será formar un ejército provisional, compuesto
tanto de osos como de osas, debéis saber que si los elfos ganaran terreno hacia
el sur vuestros hijos estarían en grave peligro, así que luchad por ellos,
luchad por la supervivencia de vuestros oseznos. Pero debemos ser cuidadosos,
pues tienen flechas encantadas que si alguna os llegase podría mataros, y lo
último que quiero es ver mermada mi manada, por ello no vamos a luchar hoy. Hoy
voy a mandar un mensajero a las minas Sesim, requiriendo la presencia de todos
los osos pardos que allí se encuentran. Nuestros hermanos volverán para
defendernos de ese enemigo que tan fuerte puede llegar a ser. Ellos nos darán
el coraje para luchar hasta el final por nuestro territorio. –un estallido de
rugidos, pisotones y estruendos dio un respiro a Garpur para tomar aliento
mientras pensaba cómo podía seguir su primer discurso de ánimo a su manada—Seguidamente
hermanos, me encargaré personalmente de guiaros hasta el norte, de encabezar la
marcha, y de ayudaros a conseguir comida. Debemos mentalizarnos que serán unos
meses duros pues, debido a la falta de alimentos, vamos a tener que racionar la
comida que obtengamos del norte. Los ciervos no se reproducen de la noche a la
mañana, debemos cazar hasta un límite y esa comida repartirla entre la manada,
de esa forma los ciervos tendrán tiempo para reproducirse y con suerte en un
par de meses podamos aumentar las raciones, y con el tiempo ya no será
necesario racionar la comida. Hermanos y hermanas, ha llegado la hora de ver el
esplendor de nuestro pueblo, ¡que tiemblen los elfos! –acto seguido profirió semejante
rugido, secundado por todos, que hizo estremecerse hasta la propia tierra
amenazando la estabilidad de la montaña y centenares de aves salieron
dispersadas.
El rugido también se oyó en el campamento elfo, con tanta claridad
que muchos elfos lo sintieron como un mal augurio, un presagio de muerte.
Muchos elfos intentaron proponer la idea de la huida pero no les salían las
palabras. Sabían de sobra que si intentaban huir serían sentenciados por
traidores. El elfo que sobrevivió al encuentro con Garpur se llamaba Gaudren.
Informó a sus jefes de que su posición había sido descubierta. La jefa de la
avanzadilla, llamada Ewlya, mandó preparar los arcos y flechas para el combate.
Ya habían traspasado medio bosque cuando oyeron el rugido, cosa que hizo
retroceder a muchos. Como eran una minoría comparada con la población de osos,
decidieron notificar a su jefa que el bosque era demasiado espeso incluso para
un elfo. Y así lo hicieron. Los trece elfos que habían salido en dirección sur
retrocedieron sobre sus pasos y marcharon hacia la tienda de su jefa. Dentro de
la tienda, el capitán Glawden comunicó a su jefa lo que había acordado con sus
hombres. Y esta furiosa le espetó que no era digno de ser elfo y le clavó su
daga de oro verde. Inmediatamente mandó llamar a los doce elfos restantes y se
citó con ellos fuera de su tienda. Les acusó de traidores y de indignos de
llevar la insignia de Valdiriam, ciudad capital de los elfos, al sur de Hirth.
Les comunicó su intención de abandonar el territorio oso, para así procurar la
supervivencia de los elfos de Isla Parda, sabía perfectamente quien era Garpur,
pues lo había estado espiando durante semanas. Sabía también que si se había oído
tal rugido era porque Garpur había dado la voz de alarma y seguramente
encabezara el la marcha. Si pudo llegar asta el borde de su campamento una vez podría
hacerlo una segunda vez con mas osos, y hasta ahora no sabe de forma exacta
cuantos osos hay en la isla, en cambio si sabe que tiene menos flechas que
osos, y, ¿qué hará cuando se le terminen las flechas?. En un cuerpo a cuerpo
contra un oso un elfo no tiene nada que hacer, por muy ágil que sea. Tenía que
levantar el campamento tan rápido como pudiese. Y así lo hizo.
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